Por Fernando Peña. Hay líderes, que a costa de su propio nombre y ascendencia popular, toman la decisión de convertir la propia vida en testimonio de la verdad que se afirma. Debo yo decir, siendo fiel a mi verdad y a la verdad, que el ingeniero Miguel Vargas Maldonado ha sido ejemplo de una vida que se ha negado a todo compromiso con la mentira, con la hipocresía del poder, pero también con el dogmatismo, la intolerancia. A la vez, procuró que su vida política fuera un servicio permanente. El, como dirigente político ha dado testimonio así de valores que, más allá de las divergencias de opiniones e intereses, dan sentido a su praxis política que nadie puede no reconocer. Cuando el país se ahoga bajo la losa de la mentira oficial, cuando se habla de un “gobierno del Cambio” , cuando la verdad era que llevan al país al despelladero político, social y económico, persiguiendo destruir el sistema político y judicializando la política desde el gobierno , el une su voz y trabajo político con a la unidad opositora: para denunciar la farsa oficialista. Denuncia con firmeza la realidad de una vida política de engaño, y exigir que se respete la institucionalidad, la democracia y los partidos. Por ello ha sufrió persecución personal, empresarial y política hasta el extremo de conspirar contra su partido PRD para que quede en baja votación electoral. Miguel Vargas, desde que asumió el liderazgo del PRD, no sin titubeos, escogió, la única vía verdadera: optó por la reorganización de su partido, un partido nuevo de cuadros el cual desde el poder lo han querido llevar a la extinción. El ha seguido su verdad y su conducta de tolerancia a sabiendas del riesgo de equivocarse. Desde que asumió la política y el liderazgo nacional quiso contraponer a las verdades a medias de los políticos, la verdad entera del pueblo. Y ha pagado un alto precio político, personal y empresarial. Recorrió varias veces el país, aprendiendo, escuchando. Quiso dar testimonio de una verdad que rebasaba la de sus adversarios. Miguel Vargas, cuando importó conjugar los esfuerzos de todos, no vaciló en renunciar a su candidatura presidencial y en ponerse al servicio de la del país y de otros esfuerzos. Fueron decisiones inteligentes y de previsión políticas, pero fue también un símbolo de que la unidad de la oposición política exigía anteponer el interés común a las ambiciones personales o de grupo. Cosa que el la última elección del 2024 sus compañeros candidatos presidenciales no lo entendieron y por ello fueron derrotados. A sabienda de la derrota inminente afirmó sus convicciones y se negó a tomar posiciones contrarias a la asumida en la coalición política opositora. Hoy quiero testimoniar esta conducta de Miguel Vargas el político, el líder del PRD, el hombre quizás de no muchos afectos pero si de firmes convicciones y hombría de bien. Quiero testimoniarlo ahora en la víspera de mi retiro de la vida partidaria y a quien defendí por casi dos décadas, que fue para mi y miles de compañeros testimonio de fraternidad y de una contribución inapreciable al PRD y la vida política nacional, ojalá lo que asuman el liderazgo del PRD sepan valorar y apreciar el sacrificio y aporte de Miguel Vargas y que lo propongan con voto y derecho presidente admitan de la organización, porque intuyo que Miguel Vargas volará por el firmamento internacional como lo que ha sido siempre, un político diplomático fino. Con modestia digo que creo haber interpretado fielmente su pensamiento avalado en cientos de artículos publicados.
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