Uber presentó una demanda contra Nueva York para tratar de obligar a la ciudad a dar marcha atrás a su decisión de limitar el número de licencias de los llamados vehículos de alquiler con conductor (VTC).
La Gran Manzana se convirtió el pasado agosto en la primera gran ciudad en dar ese paso, bloqueando por un año la emisión de nuevas licencias mientras se estudia el impacto de ese servicio en el tráfico y en otros ámbitos.