Por Fernando Peña. El PRD, ese sentimiento político que aún queda arraigado en la memoria de hijos, nietos y bisnietos de los dirigentes del otrora partido del “buey que más Hala”, se resiste a morir. No es posible escribir la historia contemporánea de República Dominicana sin que resalte, destaque los pasajes de luchas por consolidar la democracia dominicana, sin destacar el papel fundamental del líder José Francisco Peña Gómez y ese instrumento de democracia que lo es el partido blanco. La residencia a los cambios, actualización, relevo que encarnó el ingeniero Miguel Vargas Maldonado llevaron a la más cruel disputa Interna y final división del PRD. Esas siglas, esa historia del PRD no la puede destruir ningún dirigente ni llamado líder, la mayoría se fueron y ahí está el partido del “jacho prendio” gravitando en la arena política nacional y resaltando como siempre en el liderazgo de la Internacional Socialista. El PRD desde su última división ha sido sometido, junto con su presidente, Miguel Vargas, a una cruenta lucha sin tregua, sin cartel. Ahora el PRD está sometido aún proceso de renovación y evaluación dirigencial. Nuevos actores, nuevas caras habrán de asumir con todo su liderazgo nacional la tarea de fortalecimiento institucional y REENCUENTRO PERREDEISTA, PEÑAGOMISTA. Concluida la tarea de reorganización y evaluación DEBE el PRD ofrecer públicamente una AMNISTÍA partidaria para que retornen a su casa todos los perredeistas que por una u otra causa se alejaron de la entidad. El país, la nación pide el reencuentro, el perdón, la nación dominicana languidece en la crisis, solo la unidad verdadera podrá salvar al país y esa unidad debe iniciarla la familia perredeista y peñagomista. Si esa unidad no se auspicia, si esa unidad no se da, entonces el pueblo sin ningún instrumento político partidario la hará y podríamos caer en el peor vacío político e institucional del país. Se cierra el la nación dominicana un ciclo de liderazgo, un ciclo político que debe ser conducido y dirigido por la clase política emergente de los partidos existentes.
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