Por Juan Bonilla
El programa de radio El Patrón de la Tarde, que se transmite de 4:30 de la tarde a 7:00 de la noche, de lunes a vienes por la Bakana 105.9 FM, acaba de cumplir tres meses. Como soy parte de su equipo de periodistas y comentaristas, entiendo atinado y oportuno referirme a su impresionante éxito.
Cuando se me contactó para plantearme la iniciativa de integrar un grupo de periodistas y comentaristas de alto perfil profesional y credibilidad para un programa radial, no reaccioné con mucho entusiasmo y por respeto a los creativos y visionarios de la formidable idea, no la rechacé de inmediato.
Distanciado, sin motivación y en silencio en torno a la propuesta de formar parte de El Patrón de La Tarde, cuando se me comunicó meses después que debía estar disponible para «hacer la foto oficial del programa» me asaltó una gran confusión y después de horas de reflexión llegué a una conclusión: no voy.
Sin embargo, ahí entró de inmediato la sabiduría y el buen consejo de Haime Thomás, quien me hizo saber de la importancia de ese proyecto radial, de la forma en que me ayudaría a consolidarme, de que era un equipo que no podía fallar y que ampliaría mi proyección y mi incidencia como periodista.
Aún sin el entusiasmo necesario, atendí el buen consejo de Haime y fui a «hacer la foto oficial», a la rueda de prensa de lanzamiento del programa y a dos encuentros con los grandes protagonistas, creativos y visionarios del resonante éxito, el empresario Antonio Espaillat y experto en comunicación y manejo de opinión pública, Charlie Mariotti.
La primera sorpresa positiva para mí se produjo luego de la rueda de prensa donde se dio a conocer la salida al aire del programa, hace ahora tres meses. Desde que se anunció a Santiago y al país, El Patrón de la Tarde impactó positivamente, andaba «de boca en boca» y las interrogantes surgían por todas partes.
¿Cómo lograron formar un equipo de periodistas y comentaristas de ese calibre?. ¿Quién está detrás de ese proyecto?. ¿Será duradero un programa con comunicadores con tantas deferencias?. Y, por supuesto, estallaron las alarmas entre quienes no resistirían competir con un Patrón de la Tarde que se pegó antes de salir al aire.
Días antes de empezar mi limité a opinar que el éxito estaría asegurado si hacíamos un periodismo de alta calidad, hacer hincapié en la actualidad noticiosa, respetar las opiniones de cada comentarista, que las noticias que divulguemos sean irrefutables y que el equilibrio, la sapiencia de Haime Thomás debían ser esenciales cada día.
Tres meses después de ir al aire, estoy impresionado con el impacto, la acogida y la audiencia que ha logrado el Patrón de la Tarde y estoy profundamente agradecido de la confianza y valoración del empresario Antonio Espaillat y del ideólogo y creativo de esa iniciativa, Charlie Mariotti.
La labor periodística de Yusi Devávez, Nelson Peralta, Adis Burgos, José Adriano Rodríguez y Francisco Sanchis no tiene desperdicios. La productora general de El Patrón de la Tarde, la talentosa Sagrario Gómez, nos conduce con unas exigencias, autoridad, disciplina y comprensión que nos ayudan a todos a ser eficientes.
A Haime Thomás le tengo un agradecimiento especial porque la realidad inocultable es que formo parte de El Patrón de la Tarde gracias a su motivación y consejos, además él nos maneja «en el aire» con equilibrio, sabiduría, experiencia y profesionalidad. En el rotundo éxito de esta producción radial, Haime juega un papel estelar.
Y finalmente una experiencia que viví el sábado y que se repite con inusitada frecuencia: una abogada amiga se me acercó en la cafetería de un supermercado de Santiago y me disparó de inmediato: «Tú trabajas ahora en un programa de radio que muchas personas me hablan de él y de las cosas que tú dices, sé que se escucha mucho porque me hablan más de eso que de tú programa de televisión».
Todos me hablan de El Patrón de la Tarde sin importar el lugar donde acudo. Y, por supuesto, en las calles y en lugares que visito tengo que someterme a «debatir diferencias» sobre lo que opino.