Puerto Plata.- Entre los montones de desperdicios, hacinados y comiendo de la basura del vertedero, así viven algunas de la familias desalojadas en septiembre del 2015 del improvisado barrio Kosovo para dar paso a la ampliación en la carretera Maimón hasta Puerto Plata.
Y es que a dos años y seis meses de ser sacados, los afectados permanecen a la espera de una reubicación en el proyecto habitacional que levanta el gobierno a la entrada al municipio de Luperón.
Una gran parte de los afectados decidió marcharse a casas de amigos en otro lugar y dejar el local en el cual se mantuvieron atrincherados.
Actualmente, 13 familias ocupan el viejo espacio, así como casuchas improvisadas, levantadas con cartón y madera.
Carolina Cuello Cabrera, recuerda como ahora cuando aquel 26 de septiembre del 2015, las fuerzas policiales cargaron con todos sus ajuares y destruyeron las viviendas en donde llevaban prácticamente dos décadas habitando.
“Lo que más me preocupa, es el asunto de las casas, el gobierno está construyendo solo 70 viviendas en el proyecto habitacional y somos 180, por lo que no sé lo que harán con los otros”, apunta Cuello Cabrera.
La situación de miseria, obliga a que algunos tengan que acudir al basurero municipal levantado a la entrada a Magiolo para rescatar los trozos de alimentos que son lanzados por los camiones de los hoteles turísticos que quedan en la zona.
“Aquí debemos subsistir como se pueda, si encontramos pedazos de carne la limpiamos y la cocinamos”, apunta maría ramona Álvarez, quien enfrenta la situación de aguantar en el lugar junto a dos mellizos de cinco años y una de seis.
Para hacer valer la promesa que en ese entonces hizo el gobernador provincial, Iván Rivera, para llevarlos a un lugar seguro, las familias del barrio Kosovo han acudido a todo tipo de protesta, e incluso impedir el paso de los turistas cercanos a la zona de Cofresí.
El proyecto habitacional que levanta el gobierno se encuentra en un 80 por ciento en etapa de terminación. Cada casa, construida en block está diseñada para acoger a dos familias. Aunque el proceso avanza lento, se espera que esté listo en dos meses.