Por Fernando Peña
La facción del PRD, denominada PRM, en su intento por construir un nuevo partido político y alternativa de poder, es cada vez mas un mero grupo testimoniar, que no inspira confianza a los ciudadanos, mas cuando en este intento de convención han demostrado que no son capaces de gobernarse bien a ellos mismos, generando con sus actitudes diligénciales lo mismo que hacían en el PRD: crisis frecuentes y una imagen pública de ingobernabilidad interna.
Esta convención muestra que el PRM se encuentra en una crisis de formación. Una organización sin reglas de juego clara y sin mecanismos internos de control del poder.
Contrario a ello, el PRD se revela como un partido que muestra capacidad de innovación, de creación y de transformación, dejando atrás el anacrónico sistema de partidos.
Entre las causas de la crisis orgánica del PRM se destaca el desprecio consistente y tenaz hacia los rigores del orden, la organización y la planeación que definen la esencia de las organizaciones exitosas en una sociedad moderna.
El PRM sigue sin definir si quiere ser un partido de opción real de poder o si un club de amigos que le mantienen con un buen presupuesto, con gravitación publica y mediática, pero sin opción de triunfo y poder electoral.
Observadores entienden que solo unido al PRD le dará identidad positiva al PRM, se le vería como un verdadero proyecto que le permitiría alcanzar el poder, de lo contrario es y se le ve como una facción de ese partido, debilitado, sin peso electoral, sin atractivo a la mayoría de los ciudadanos.
El PRM aunque continúa siendo la oposición política más importante, su fuerza está totalmente debilitada. No hay institucionalidad, carece de un proyecto específico que le permita alcanzar el poder.
A la fecha, con una convención no valorada como positiva, cuestionada por la tardanza en dar resultados, sin superar sus luchas fraccionales e incapaz de articular un programa de acción, al PRM se le ve como un “tollo” de organización política.
Gran parte de su dirigencia y militancia solo ven el regresar a su partido de siempre: PRD, como única alternativa de salvación y verdadero ascenso hacia el poder, el gobierno.
Lo que parecía un proceso ejemplar y democrático, la convención del Partido Revolucionario Moderno (PRM), ha pasado a ser blanco de cuestionamientos internos y externos ante la incapacidad de los organizadores para ofrecer los cómputos finales.
Observamos que la convención ha sido calificada como “un tollo” por Feris Iglesias, quien dice que en los lugares donde no se votó fue por no llegar las urnas a tiempo y en otras zonas fue el caso de las boletas.
Sostiene que solo aguarda qué pasará con la convención complementaria.
Para Faña, candidato a la Secretaría General, hubo mala organización del evento, el que tildó de desastroso.
Se quejó de que nunca recibió el padrón de los votantes, lo que genera suspicacias y dudas, en un proceso que reconoce fue muy complejo. En muchos lugares, indicó que no se votó y las actas sin embargo fueron llenadas, lo cual aumenta aún más los problemas; “eso no va ser real lo que salga de ahí”.
En consonancia con los candidatos está el estratega en comunicación, José Carlos Nazario, quien sostiene que se crearon expectativas ante la sociedad y no han sabido satisfacer.
“Llueven las especulaciones en ese proceso, que luce demostrar incapacidad de los organizadores y de la estructura partidaria”, precisó.
El politólogo y aliado del PRM, César Pérez planteó que la complejidad del proceso, debido a la enorme cantidad de candidatos, habría influido en las dificultades para culminar el conteo de los votos.
A su entender, la debilidad de la convención estuvo en el pacto entre Luis Abinader e Hipólito Mejía para imponer sus candidatos, lo que limitó el ejercicio pleno de democracia interna.
La vicepresidenta nacional del Partido Revolucionario Moderno (PRM), Ginette Bournigal, dijo que la baja votación de un 25% que se registró durante la recién celebrada Convención Claudio Caamaño Grullón de esa organización, fue por la torpeza política de Hipólito Mejía y Luís Abinader, al dar su respaldo a José Ignacio Paliza y a Carolina Mejía.
Refirió que “hace tiempo que yo catalogué ese pacto como una torpeza política”.

“Ahora están tratando de poner curitas a muchas personas y no pueden, porque hay mucha gente ofendidas”, dijo.
Como prueba de la desorganización que caracterizó dicho evento convencional, denunció que “las actas mías no aparecen; no había actas, por lo que hubo que suplir la falta de las actas que no llegaron en papeles en blanco a los que se les puso sellos, cosas que afearon el referido proceso para escoger la dirigencia perremeista en todos los niveles a nivel nacional”.
Los mismos que reclamaban que en las elecciones pasadas se contaran manualmente más de cinco millones de votos, hoy lucen empantanados con menos votos que los emitidos en un municipio en el proceso general.
Tony Raful, presidente de la CON que de ahora en adelante se centrarán en los vicepresidentes y subsecretarios y que la cantidad final de votantes la darán el 22 de abril.
Pasará Semana Santa y difícilmente el PRM pueda darle al país los resultados para los candidatos a todos los niveles.
El derrumbe del PRM es evidente, al PRD que se prepare porque allá irán de nuevo sus dirigentes y militantes…