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miércoles, marzo 19, 2025

“A mí no hay que darme comisión”

Por Jorge Lendeborg

En los últimos días, el precandidato presidencial del PRM y actual ministro de Turismo, David Collado, se ha convertido enel tema central de las conversaciones en redes sociales gracias a dos videos que han generado polémica y cuestionamientos sobresus estrategias de comunicación.

En el primero, Collado se enfrenta a un ciudadano que lo increpa, y en un intento por expresar indignación, deja escaparun “Coño” que, lejos de proyectar firmeza, resulta poco creíble y carente de impacto. En el segundo video, recreando lo que parece una versión improvisada del icónico clip del expresidenteDanilo Medina, Collado conversa por teléfono con un contratistaal que le reclama por la tardanza en la terminación de una obra. En un momento clave, lanza la frase: “Usted sabe que a mí no hay que darme comisión.” Pero, en lugar de transmitirhonestidad, el video es percibido como un montaje forzado, incluso cómico, que parece más un ensayo mal dirigido por eldirector de Propep, Robertico Salcedo.

Estos intentos de conectar con la ciudadanía parecen ser elresultado de un análisis estratéico que identificó dos debilidadesclave en la percepción pública del precandidato:

La necesidad de desvincularse de la corrupción: En un contexto donde muchos funcionarios son señalados porescándalos de enriquecimiento ilícito, Collado intentaposicionarse como un líder honesto y alejado de las prácticascuestionables que han marcado a otros miembros del gabinete.

El cuestionamiento de su carácter: Para un amplio sector de la población, Collado se percibe como un líder sin firmeza, alguien“flojo” o, como se dice en buen dominicano, “muy mamita.” Esto representa un problema de imagen que debía abordarse de inmediato si quiere posicionarse como un candidato sólido.

Sin embargo, la estrategia falló en su ejecución. En política, identificar los problemas es solo el primer paso; el verdaderodesafío está en cómo solucionarlos. Cualquier asesor puedepresentar un diagnóstico, pero en República Dominicana hay pocos estrategas capaces de implementar soluciones efectivas. En este caso, el equipo de Collado no logró cerrar la brechaentre el qué y el cómo.

Los videos no solo carecen de naturalidad, sino que parecensubestimar la inteligencia del votante dominicano. En lugar de proyectar autenticidad y liderazgo, exhiben un enfoqueimprovisado y poco profesional que erosiona la credibilidad del precandidato.

David Collado enfrenta un camino cuesta arriba. El electoradodominicano ha evolucionado, y con ello, sus expectativas haciaquienes aspiran a dirigir el país. En este panorama, no basta con frases ensayadas como “A mí no hay que darme comisión”; elmensaje debe ir acompañado de autenticidad, coherencia y resultados tangibles.

Le recuerdo al ministro Collado que, de ser el candidato del PRM, tendría que enfrentarse a un tres veces presidente comoLeonel Fernández, un estadista consumado y encantador de serpientes. Además, posiblemente se encontraría frente a un–Francisco Javier García, el mejor comunicador políticodominicano; un Juan Ariel Jiménez, experto en; o un Francisco Domínguez Brito, cuya reputación de transparencia lo convierteen un referente de ética política. En un escenario como este, no hay espacio para errores ni montajes mediocres. La política dominicana no perdona la improvisación, y los dominicanos, más que discursos vacíos, buscan líderes que inspiren y cumplan.

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