DAJABÓN – Es una costumbre en las instituciones gubernamentales la renovación de sus parques vehiculares y ha sido motivo de comentarios siempre el poco cuidado y precario mantenimiento de las unidades en servicio.
La Dirección General de Desarrollo Fronterizo no escapa a esta situación, y podemos observar con mucho dolor la existencia de un verdadero cementerio de chatarra conformado por vehículos pertenecientes a la DGDF.
Este medio realizó una investigación por denuncias de ciudadanos que se sienten consternados porque el Estado adquiere vehículos a un alto costo y en un corto lapso de tiempo, los mismos empiezan a deteriorarse y posteriormente son almacenados y abandonados a merced de las inclemencias del tiempo en cualquier solar baldío.
Sería importante que se cree un mecanismo oficial para darle seguimiento a los vehículos obtenidos y evitar que por falta de mantenimiento o sustracción de piezas, los mismos tengan una vida útil corta, perjudicando de esta manera un patrimonio que es de todos.