Tras la legalización de la marihuana, el pasado mes de marzo, y la apertura de los primeros dispensarios legales para su venta, hay una presunción muy clara en algunos vecindarios de la ciudad de Nueva York: mientras que las tiendas con licencias van apareciendo a paso muy lento, hay otro mercado “negro” y “gris” que empezó desde hace tiempo una carrera muy acelerada. Y peligrosa.
“Vengan a El Bronx y vean como en algunas áreas en las calles ya venden los tubitos, los porritos, las gomitas, como se llamen. Y esto aumentó desde que anunciaron la legalización. No las venden en tiendas como en Manhattan. Esto es un desastre que se venía venir. Ahora, para todos los niños, esto es muy accesible. Como una Coca Cola”, comenta alarmada a El Diario una madre dominicana, de 35 años, residente de Mott Haven.
La angustia de esta residente de El Bronx fue una de las razones por la cuales recientemente en medio de una lluvia de denuncias, la Ciudad de Nueva York y la Fiscalía del Distrito Sur de Manhattan anunciaron que pondrían la “cascabel al gato”, para frenar la expansiva proliferación de tiendas sin licencia que han aparecido en la Gran Manzana.
