Por Fernando Peña. Ante la magnitud de la baja votación del PRD, y caer en minoritario, la cúpula del PRD debe renunciar ahora, dirigir ahora un proceso de renovación, de cambio de dirigentes. Miguel Vargas y la cúpula de manera sincera, autocritica debe dirigir ese proceso desde ahora y antes de diciembre 2024 presentar al país esa revolución y renovación interna. El análisis frío, autocrítico nos muestra que la participación del Partido Revolución Dominicano (PRD) en el proceso electoral de 2024, en la coalición de partidos rescateRD, encabezada por el PLD, FP, PRD, lo ha convertido en un partido bisagra, de oposición, pero no competitivo, que quedó desplazado de la disputa real por el poder, cayendo en partido minoritario. Y por primera vez en su más de 80 años de existencia un candidato presidencial saca tan ínfima cantidad de votos y el PRD queda tan en pésimo desempeño electoral. El PRD tiene que urgentemente, sin dilación, llevar un proceso de análisis y reflexión sincera, cambiar de actores, de táctica y estrategia, esta coyuntura, tiempo, este espacio NO PERMITE postergar su cambio, renovación de su cúpula y dirección provinciales y municipales. Debe actuar con prontitud! El desaliento, el desencanto se podría apoderar de lo que queda y exponerse el PRD a un paso de su total desintegración, porque el objetivo de todo político es el Poder, y si no hay posibilidades reales de hacerse del poder, los dirigentes se sientan, se van, se desilusionan y se quiebra la voluntad de lucha. Algo parecido ha pasado en el PRD. Por más titánica, valiente y decidida que sea el accionar de sus líderes, cúpula , es actuando con nuevos actores que se podrá salvar. No busquemos culpable fuera del PRD, el PRD es histórico, su mayor impronta ha sido el rescate e implementación de la democracia en República Dominicana, los mayores aportes institucionales y de creación de leyes fundamentales para la nación, ese solo elemento lo hacen primordial en la vida pública nacional, el problema ha sido la táctica y estrategia incorrecta del PRD de ahora, fuera de la sintonía de la realidad y el pensar de los dominicanos. Aquí no hay excepción de culpabilidad. Cada dirigente es culpable de la situación actual del PRD, desde Miguel Vargas hasta el dirigente provincial y municipal de cada pueblo. Miguel Vargas creyó que aplicaba una línea correcta y en ese objetivo dio apoyo, recursos y herramientas, pero nada funcionó. El fracaso político electoral fue el resultado. No vio el PRD, ni Miguel Vargas y la cúpula, yo lo advertí varias veces, que la división es el mayor enemigo de la oposición. Nosotros somos los culpables de la situación del PRD de hoy, no busquemos justificación, ni excusas, esto sin reconocer que Luis Abinader ha desmantelado la institucionalidad democrática, generando así una crisis en los partidos y de paso en el país. Hoy la oposición atraviesa su peor momento, exhibe fracturas profundas. Evidente que la razón de su derrota electoral ha sido su división ya que tanto en las elecciones municipales y presidencial la abstención ronda en la primera en un 60 por ciento y en la presidencial supera el 52 por ciento. Es cierto que el presidente Luis Abinader ha cambiado las reglas del juego favoreciendo a candidatos y partidos pequeños leales a él, comprando funcionarios electos y dirigentes de oposición en un claro intento de disminuirla y lograr mayoría, por eso, la oposición no ha tenido ninguna posibilidad de ganar, pero nada de eso justifica el pésimo desempeño, los errores están ahí. Ahora, derrotada la oposición, no tiene nada que celebrar, si reflexionar, apuntalar cambiar de estrategia, profundizar la renovación estructural de sus partidos y dirigencial. Actualizarse a estos tiempos de la revolución tecnológica, de la era digital. Demuestro, que el problema no es de un individuo, de un hombre, de un líder. No. El proceso que se vive es histórico no meramente coyuntural donde se resalta precisamente la crisis de representación de los partidos políticos, su incapacidad para reformarse a sí mismos, para asumir nuevas formas de inclusión tanto dentro de los partidos mismos como cuando estaban en el gobierno( Danilo, Leonel, Miguel) es decir, sus políticas públicas. Los partidos políticos, tienen que cambiar, no pueden seguir funcionando como si estuviéramos en los años 60-90 que tutelaban, partidos dependientes de un caudillo, partidos en donde el poder era distribuido entre esa camarilla que dominaba a dichas organizaciones. Una vez que eso fracasó, tuvimos la crisis de representación de los partidos.