Director de frontera25.net, Fernando Peña, expone en el panel “Adriano por dentro y por fuera” que presento el Colegio Dominicano de Periodistas (CDP), seccional Santiago, dentro de los actos de la Semana del Periodista, dedicada a Adriano de la Rosa en sus 50 años de ejercicio profesional.
Ponencia:
Adriano de la Rosa: Un periodista político
Buenas noches
Desde que me llamaron para decirme que hablara aquí, ante ustedes sobre Adriano de la Rosa el político, me sentí a gusto con hacerlo. Adriano y yo tenemos una amistad que toca la hermandad, al estilo fidelista o guevarista, porque somos hermanos de ideas, de identificación política y profesional, aunque no de sangre.
Es bueno destacar que política no es otra cosa que una manifestación específica de la lucha de clases, su expresión más generalizada y, los periodistas, en cuanto activistas políticos, no están al margen de esa lucha, sino inmersos en ella y ocupando puestos de liderazgo.
Poco importa que el periodista tenga su rol en claro o no.
Cada clase social tiene “su” política en defensa de “sus” intereses y trata de organizar a toda la sociedad en consonancia con los mismos.
Para ello utiliza distintos medios y el periodismo es uno de los recursos favoritos; le permite influir sobre las masas cada día, llevando y trayendo las noticias, las ideas y los sentimientos que se avienen con sus intereses de clases.
Dentro de ese marco, ineludible, los periodistas no tienen otra posibilidad que tomar partido.
Y Adriano de la Rosa desde muy joven en el periodismo, decidió tomar partido.
Él supo desde muy temprano que los periodistas no son ni pueden ser neutrales.
Se que los años de mayor esplendor de Adriano han sido en la profesión de periodista, en el compromiso político.
Él es un verdadero dandy del periodismo político en Santiago y cuidado si más allá, por su estilo, Adriano es un caballero antiguo, por sus modales de urbanidad y don de gentes.
Él es por sobre todas las cosas un periodista por vocación y convicción. Lo conjuga con otra pasión que ha alumbró sus mejores años, la política.
Siempre ha mantenido, digo yo, con patente propia en su jovialidad, su sentido del humor y su devoción por las tertulias, las bohemias en mesas bien servidas y mejor regadas de buen wiski.
Adriano es un santiaguero de pura cepa, militante político de toda la vida en el PRD, militancia que no ha desairado nunca.
Es bueno que sepan que el arte corre por sus venas y él se nutre, acaso sin percibirlo, de su amor por la poesía y la escritura, que han definido, junto con la política, su paso por la vida.
Él llegó a ser un activista en el teatro. Se destacó por la transmisión de cultura y el rasgo social de sus actividades que lo fueron definiendo en la política, por la cual ha cogido cárcel, atropello y censuras.
Desde el teatro y la poesía lo tentó la política.
Su padre lo conmino a estudiar medicina, se fue a la UASD, pero era tarde: el joven había decidido asumir el periodismo y la política. Sentía que eran parte de sus ganas de conectarse con la vida y el mundo.
En aquellos años, la palabra paterna pesaba mucho y entonces el hijo, en prudente rebeldía, decidió empacar y se empleó en lo que le apasionaba y gustaba: el periodismo.
Así le llegó el tiempo ineludible de servir también a la política. Así empezó su largo romance con la política, son su partido de toda la vida, el PRD.
Fue como un pacto de amor a primera vista que se ha prolongado durante toda su vida y al que parece, que, a pesar de los engaños y desencanto, nunca renunciaría.
Santiago, junto con otros destacados periodistas de la urbe, dan testimonio en su historia de jornada histórica, teniendo como testigo y a veces protagonista de primera fila de un cambio de época, que vivió Adriano desde el 1978, cuando llegan los aires de libertad y democracia en República Dominicana. Desde ahí Adriano vivió, los que han sido, en el periodismo y la política, sus momentos de mayor esplendor.
El periodismo y la política nunca han dejado de estar en su vida. Política y periodismo han sido un maridaje perfecto de su obra, que es su vida.
Adriano es tenaz y testarudo, inconformista con la verdad, crítico con e inflexible con la inmoralidad política.
Es un político, un gran periodista, un periodista limpio.
Con su militancia triunfa el periodismo, triunfa la política.
Adriano es parte de una generación de periodistas políticos que trascendió el mero oficio de informar y se apasionaron por su labor hasta el activismo, pues no les bastaba lo que contaban en radio o en un periódico.
Yo que he sido su amigo, colega y compañero político de tantas y tantas veladas nutridas en conversaciones intensas sobre el periodismo, la política y la vida, doy testimonio de su amor a su quehacer, nutrida de sencillez de vida en todo, como un sacerdocio, inconfundible siempre, con estilo de caballero de otro tiempo, a veces su sombrero, o jovial, con un sello de elegancia.
Desde aquí hermano, amigo Adriano, te sigo con tu vitalidad inagotable de incansable bohemio que te bebe la vida hasta dejarla exhausta.